12/16/2014

Sesión 4. Información y resilencia: dos factores que nos permiten transformarnos individual y colectivamente

Ponencia presentada por el Prof. Noé Agudo

Antes de iniciar mi exposición quiero aclarar que la información no cambia la realidad, no transforma ni mucho menos tiene poderes mágicos para conducir a un auditorio hacia lo que uno desee o pretenda lograr, como algunos le atribuyen. Tal vez esta creencia se deba al origen etimológico del sustantivo, que, como seguramente ustedes saben, proviene del latín in-formare, el cual significa “dar forma”, y se refiere sobre todo a ordenar los hechos que ocurren muchas veces sin que el lector o espectador los presencie, razón por la cual los percibe de una manera desorganizada o caótica, y sólo adquieren sentido cuando se presentan organizados a través de una noticia, un reportaje o una entrevista. Para lograr influir sobre los perceptores (llámese lector, espectador o receptor) se requiere algo más que la sola ordenación de los sucesos. La información por sí sola no es suficiente. ¿Por qué es entonces tan importante? ¿Por qué es monopolizada, vigilada, controlada e incluso censurada? Los invito a hacer un rápido recorrido por algunos aspectos esenciales de la información, como son su naturaleza, su definición etimológica, sus propósitos, sus efectos y cualidades, para entender cómo se la puede aprovechar.

Qué es la información:
Positiva: La información es un conjunto organizado de datos que constituye un mensaje, el cual cambia el estado de conocimiento del sujeto o sistema que lo recibe.

Crítica: Para Gilles Delleuze la información es un sistema de control, en tanto que es la propagación de consignas que deberíamos de creer o hacer que creemos.

Definición etimológica de información:
Información proviene del latín in-formare que significa “dar forma”, poner “en forma”, es decir, la acción de formar. El prefijo latino in, en esta ocasión, representa la preposición en, y es equivalente al in del idioma inglés, que se emplea en términos como within o into, que se traducen simplemente como en o dentro. Sabemos que in significa también negación en palabras como in-creíble, in-domable, in-dudable, etc.

Propósito de la información:
La información sirve para dotar al ser humano de elementos eficaces para la toma de sus decisiones.

Cualidades de la información:
La información da sentido a los sucesos desorganizados, caóticos, que aparentemente suceden al azar.

La información orienta las opiniones y comentarios, forma opinión.

La información aumenta o mejora el conocimiento del receptor; reduce la incertidumbre existente acerca de un conjunto de alternativas lógicamente posibles.

Proporciona a quien toma decisiones la materia prima fundamental para el desarrollo de soluciones y la adopción de una mejor elección.

Proporciona una serie de reglas de evaluación y decisión para fines de control.

La información no actúa sobre sujetos que son como un lienzo blanco en el cual se puede imprimir lo que uno desee: actúa sobre individuos con una ideología, con intereses, con una educación y una cultura determinados.

Si se entiende el punto anterior, podemos afirmar, entonces, que la información es más bien un estímulo que actúa sobre el receptor; el mensaje no es la información, el mensaje es propiamente el estímulo.

La información da sentido de unidad, de pertenencia a una comunidad.

La información sirve para crear una imagen de algo o alguien, entendemos aquí imagen como sinónimo de cualidad que caracteriza a una persona u objeto.

La información hace familiar lo extraño, lo diferente, lo nuevo. Por tanto es un factor casi decisivo para acostumbrarnos a nuevas realidades.

Una vez reconocidas las principales características de la información, podríamos pensar ahora cuándo, dónde y cómo es posible aprovecharla para cambiar o hacer más eficaz y armonioso el funcionamiento de un sistema, una comunidad o un individuo. Para poder explicar estos cuándo, dónde y cómo recurriré a un concepto o constructo proveniente de la física y que la psicología y las ciencias sociales en general han asimilado y adaptado para explicar los fenómenos de intervención social. 

La resiliencia:
Me refiero al concepto de resiliencia, el cual es un concepto interdisciplinario que permite explorar y profundizar enfoques alternativos en los procesos de ayuda en la intervención social. El concepto explora las capacidades personales e interpersonales y las fuerzas internas que se pueden desplegar para aprender y crecer a través de las situaciones de adversidad. 
    
Debemos reconocer que después de la crisis de las grandes teorías de intervención social, como el marxismo, se ha puesto de relieve que la identificación, evaluación, reconocimiento y fortalecimiento de capacidades en individuos, familias, comunidades, grupos y sistemas formales se está convirtiendo en un objetivo permanente de la intervención social.

Etimología:
Resiliencia proviene del término latino resilium que significa “volver atrás”, “volver de un salto”, “volver al estado inicial”, “rebotar”.

Definición:
Originalmente el término fue usado en física para referirse a la cualidad de eslasticidad y plasticidad de una sustancia. El American Heritage Dictionary (1994) lo define como la habilidad para recuperarse rápidamente de la enfermedad, cambio o infortunio. La psicología adoptó el término para aplicarlo a las personas que se sobreponen a las dificultades.

Principales características:
Desde la disciplina de Trabajo Social, la resiliencia implica:
1) Sobreponerse a las dificultades y tener éxito a pesar de estar expuesto a situaciones de alto riesgo.
2) Mantener la competencia bajo presión, es decir, adaptarse con éxito al alto riesgo.
3) Recuperarse de un trauma ajustándose de forma exitosa a los acontecimientos negativos de la vida.

Para algunos autores la resiliencia es comprendida como la variación individual en la manera en que las personas responden a los riesgos a lo largo del tiempo.

Para otros es una capacidad universal que permite a las personas, familias, grupos o comunidades prevenir, minimizar o sobreponerse a los efectos dañinos de la adversidad, o anticipar adversidades inevitables. Para esta corriente, las conductas resilientes pueden responder a la adversidad, por una parte, manteniendo la calma y el desarrollo normal a pesar de la adversidad, y por otra promoviendo el crecimiento personal más allá del nivel presente de funcionamiento.

Factores que contribuyen para lograr ser resilientes:

1. Introspección: capacidad de preguntarse a sí mismo y poderse dar una respuesta honesta.

2. Independencia: capacidad de mantener distancia emocional y física sin caer en el aislamiento.

3. Sociabilidad: habilidad para establecer lazos e intimidad con los otros.

4. Iniciativa: gusto de exigirse y ponerse a prueba en tareas cada vez más exigentes.

5. Humor: encontrar lo cómico en los momentos de crisis.

6. Creatividad: capacidad de crear orden, belleza y finalidad a partir del caos y el desorden.

7. Moralidad: extender el deseo personal de bienestar a los otros, a toda la comunidad y capacidad de comprometerse con valores.

La resiliencia debe entenderse como un proceso. No se trata de una característica individual, pues está condicionada tanto por factores individuales como ambientales; surge de una gran heterogeneidad de influencias ecológicas que confluyen para producir una reacción excepcional frente a una amenaza importante.


Propuesta:

Mi propuesta, al integrar el concepto de resiliencia para la información de una comunidad, parte de un presupuesto básico: el sistema moldea la conducta; para cambiar la conducta de una persona hay que cambiar el sistema.

    Cambiar el sistema cultural implica no esperar que alguien con poder inicie el cambio, sino hacerlo nosotros, desde abajo.

    Estamos acostumbrados a pedir y a recibir de “papá gobierno”, a que los problemas los resuelvan los de arriba, los políticos y eso nos hace una comunidad subdesarrollada.

    Como hemos visto, la resiliencia es la capacidad que tiene un individuo o grupo social de generar factores biológicos, psicológicos y sociales para resistir, adaptarse y fortalecerse ante un riesgo, generando éxito individual, social y moral.

    Los grupos resilientes hacen más fuerte a una sociedad, una institución o una empresa, garantizan la sobrevivencia y superación ante cualquier amenaza.

    Lo contrario de la resiliencia es la anomia asiliente.* Los individuos resilientes, en cambio, forman mejores sociedades, capaces de cuestionarse temas vitales. Por ejemplo, ¿se debe ser leal a un sistema de gobierno o a una ideología? Yo prefiero los beneficios, aunque no sean del sistema o ideología más aclamados. Por eso critico la ideología trasnochada y anacrónica que aún prevalece en el CCH, como la de considerar a los estudiantes unos luchadores, o que en el salón de clases se refleja la lucha de clases y que el neoliberalismo es el causante de todos nuestros infortunios.

    Un sistema resiliente es meritocrático por naturaleza, es decir, premia los méritos, promueve a los mejores, no a los elegidos por intereses de camarillas.

    Solo un nosotros fuerte terminará con los pocos que ni saben, ni pueden, ni quieren.

BIBLIOGRAFÍA:
  • Villalba, Quesada Cristina, El concepto de resiliencia. Aplicaciones en la intervención social. www.addima.org/Documentos/Articulos/Articulo%20cristina%20Villalba%20Quesada.pdf.
  • Resiliencia: factor integral de desarrollo humano
  • es.wikibooks.org/wiki/Resiliencia:_Factor_Integral_de_Desarrollo_Humano



*Anomia es la ausencia de ley. En psicología y sociología es el conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación. En medicina la anomia es el trastorno del lenguaje que impide llamar las cosas por su nombre. Pues bien, en el CCH hemos padecido una anomia asiliente.

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